Los objetivos de la fisioterapia hospitalaria se basan en la mejora de la movilidad del paciente, el aumento de su fuerza muscular, la mejora de su ventilación pulmonar y sistema circulatorio y el mantenimiento o recuperación de su autonomía.
Es por ello, que resulta recomendable su práctica en los pacientes internados que requieran y todos aquellos pacientes de larga estancia hospitalaria, especialmente en aquellos casos en los que se padecen patologías previas relacionadas con aparato circulatorio y/o respiratorio.