La Medicina Interna es una especialidad troncal de la medicina que se dedica a la atención integral del paciente adulto. Se brinda la atención, prevención, diagnóstico y tratamiento de varias enfermedades.
El papel principal del especialista en Medicina Interna es convertirse en el médico de cabecera de sus pacientes.
El campo de acción del internista se deriva de sus principales valores y capacidades, en especial de su visión integradora y su polivalencia, centrándose por ello en la atención al enfermo que puede tener varias patologías y manifestaciones; al enfermo con diagnóstico difícil; así como a la atención a todas las enfermedades prevalentes del adulto en al ámbito hospitalario y ambulatorio.
La correcta toma de decisiones médicas requiere, además de un adecuado nivel de formación científica, un cabal conocimiento del ser humano, su situación social, cultural, económica y familiar.
El servicio de Medicina Interna dispone de una serie de recursos materiales, recursos humanos y una organización que posibilita realizar una actividad asistencial para cumplir el objetivo fundamental del servicio: la atención integral de los pacientes.